lunes, 24 de noviembre de 2008

Organización


•Al formarse las primeras comunidades cristianas tenían una organización flexible, en la que hombres y mujeres desempeñaban funciones importantes. Algunas mujeres ejercían posiciones relevantes y, a menudo, como predicadoras. Las iglesias locales se congregaban bajo el gobierno de consejos de ancianos (o presbíteros), pero, a principios del segundo siglo, ciertos funcionarios conocidos como obispos llegaron a ejercer considerable autoridad sobre los presbíteros. Estos obispos basaban su posición de superioridad en la sucesión apostólica: como sucesores de los doce primigenios apóstoles de Jesús, eran los delegados vivientes del poder de Cristo. Tal y como Ignacio de Antioquía escribió en el año 107: “Es obvio que debemos mirar a un obispo como al Señor en persona ... Sus clérigos... están en armonía con su obispo como las cuerdas de un arpa, y el resultado es un himno de alabanza a Jesucristo de mentes que sienten al unísono” Los obispos solamente eran varones, indicio claro de que en el siglo u de nuestra era la mayor parte de las comunidades cristianas coincidían con el punto de vista de Pablo, respecto a que las mujeres cristianas deberían estar sujetas a la autoridad de los varones cristianos.

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